martes, 3 de agosto de 2010

Julio Abelardo Luza Gironzini, el quasar de la vida poética en el siglo XXI. Por Fernando Chuquipiunta Machaca. Poemas de LA EPIFANÍA DE UNA FLOR

Julio Abelardo Luza.

JAL y el autor de la nota.

Julio Abelardo Luza Gironzini (Huancané - 1945) es, sin duda alguna, un alarife de las palabras que hace algunos años llamó la atención de la crítica oficial con "Tambores Pluviales", un maravilloso libro de corte vanguardista y audaz que reveló a una de las voces más complejas y vitales de la generación de de los 60s ó 70s; lo hace a través de un extenso y escarpado proceso creativo, llega a las librerías más importantes de la ciudad de Puno ahora con "Eternidad y Canto", un poemario que denota una búsqueda en los caminos de la consciencia para expresar emociones impregnadas en su ser a través de los caminos que le toca vivir a cada hombre. Su voz, cada vez, mucho más madura y comprometida con la expresión ideo-estética.

"Cuando escribo poesía encuentro algunas vetas temáticas que me permiten desarrollar metafóricamente-digamos-exploraciones emocionales. Sin embargo, con el tiempo esas vetas tienden a confundirse. Porque el poeta es, al mismo tiempo, artesano, arquitecto y genio de la palabra. Cada palabra es como un ladrillo, si no está colocado en el lugar preciso la construcción poética se cae; pero, al mismo tiempo, tiene sensibilidad para que suene bien, para que se vea bien, y si se pudiera tocar el poema es decir si pudiera tener una dimensión más sería algo fantástico; así “Tambores Pluviales", que en un inicio representó, como un juguete recién descubierto, se fue constituyendo en un desafío, en un proceso de experimentación; eran poco menos que improbables articulaciones, pero luego el libro se fue decantando hacia las figuras que prevalecieron, después de cada intención y ejecución, de manera general que, fuera de tener un edificio e ir de habitación en habitación, en la que se encontraran cosas nuevas cada vez. Eso no implicó que la estructura básica que podría llamarse antológica no se perdiera, ni que se sintiera que existe un recorrido por diferentes caminos poéticos, algunos amigos de la crítica sostienen que es una arquitectura verbal. De “Las Manos Vacías” su libro inicial, nos dice que “tuvo una génesis similar, pero donde el sujeto lírico se hizo con las fibras del alma", asegura el poeta Julio Abelardo Luza.

"Para la selección de los textos seguí dos criterios: el gráfico y el conceptual. El primero implica evaluar qué tan bien te ha ido en ese corpus dimensional que tiene todo poeta: de hacer imágenes con palabras. Se pueda pensar que la unidad de valor en la poesía es el poema, no la obra, porque hay poemas que identifican al poeta, por ejemplo “Los Heraldos Negros” nos hace pensar rápidamente en Vallejo o el “Poemas Veinte” en Neruda, pero el poeta se debe a su obra como una integridad, me refiero al texto completo de un libro. Lo mismo un poeta puede escribir muchos libros y lo identifica uno, como en el caso de García Márquez con Cien Años de Soledad, o Vargas Llosa con su La Ciudad de los Perros, no siendo su obra cumbre. El segundo criterio pasa por ver de qué manera los poemas se apoyan entre sí de tal manera que se configura un cordón umbilical, una caja de resonancia que les permite potenciarse unos con otros", reflexiona el autor.

Las descripciones son el elemento básico del libro, y Julio Abelardo Luza Gironzini apela en ellas a todo su talento poético conjugando imágenes, metáforas y símiles con elaborados juegos verbales y un verdadero virtuosismo en el manejo de la retórica. Estas extensas y deslumbrantes descripciones mantienen siempre la frescura y el espíritu lúdico propio de la juventud de los liróforos celestes. Dicho de otro modo, el laureado intelectual chirihuano Julio Abelardo Luza Gironzini recoge estas influencias espirituales, aparentemente contradictorias, para crear a partir de ellas una obra personal, original y valiosa. De la misma manera, sus poemas engarzan las dimensiones líricas, llenas de caligramas dedicadas a la vida y a la esperanza, pero escritos, esencialmente, con una luz poética distinta y renovadora.

2. ENTREVISTA
En el libro "Eternidad y Canto" percibo una variedad de voces que van desde la nostalgia, el despecho a la soledad, la tristeza, entre otras características.
Sí, pero no solamente existen estas voces, como bien has dicho, existe una variedad de voces y sensaciones a través de ellas. También existe calma. En este segundo libro,” formalmente editado, es decir que pase de mil ejemplares y que tenga por lo menos cincuenta páginas”, existe una isla que da calma y en ella se forjan nuevas fortalezas, nuevas soledades, nuevos reencuentros. “La nostalgia ya es, para mi, un sentimiento natural al que me voy acostumbrando poco a poco; ya no me causa pavor extrañar tanto, a pesar de que del terruño del que no puedo prescindir, diría que sus calles, sus esquinas, sus pampas, cerros, sus apus y achachilas están en cada momento en mi recuerdo. Las distancias se encogen cuando se piensa más despacio, y la poesía ayuda bastante”.

Un elemento protagónico del libro es el lenguaje.
El lenguaje, sin duda, es el protagonista de la obra, de mi vida, del mundo. Sin el lenguaje nada existiría, ni siquiera las emociones podrían materializarse. En mi libro, y en mi poética, intento trabajarlo de una manera bastante personal. Juego con él, aunque pueda sonar redundante. A veces se puede pensar que el lenguaje te mira; el problema es cómo le sostienes la mirada. Ahí llega la poesía también. Ojala pronto podamos manejar las imágenes ologramáticas, así podríamos tener poemas en tres dimensiones y con música. Sería el poema total.

José Gabriel Valdivia destaca la unidad de su libro "Tambores Pluviales". ¿Cómo así decides afrontar el poemario de esa manera?
El poemario fue creado con la intención de mantener una unidad, un hilo conductor que mantenga no sólo en la temática, sino también las voces que se intercalan en los poemas fijos, sin perderse entre ellos. Me interesa que el libro sea un “todo” orgánico, capaz de mantenerse en pie por sí mismo. Siempre existe una intención de “orden” en los libros; aunque sea un orden subjetivo, personal, aleatorio, siempre existe.

3. SOBRE LA ACTIVIDAD CULTURAL
Creo que hasta ahora en la creación en general, cada artista, músico, pintor, escritor o poeta debe valerse por sí mismo, ahora que veo que hay nuevas generaciones que ingresan por la puerta grande al camino de la creación, debiera existir un mayor apoyo a la publicación de libros, exposición de pintura, muestras esculturales, conciertos de música regional nacional y música clásica que siempre nos permite extraer de nuestro ser otras experiencias y situaciones espirituales que amplían nuestro mundo creador. A nuestras autoridades locales que debieran interesarles impulsar el arte y la creación en general, porque si no nuestros pueblos se mueren de inanición y de hambre espiritual. Para hacer cultura no se requieren grandes presupuestos, si se crea la necesidad de leer, de escuchar música o de ver exposiciones de pintura o escultura., existirán mayores posibilidades de producción más cosas para atender esas necesidades y así todos nos beneficiamos. Lo que entendemos es que la cultura, es todo lo que hacemos todos los días y en todos los lugares, y los pueblos la necesitan para sobrevivir al proceso avasallador del mercantilismo emprendido por los países poderosos del mundo sórdido, por eso los artistas son considerados como seres extraños.

4. POEMAS:
Ofrecemos dos poemas de Julio Abelardo Luza Gironzini y que pertenecen a su libro inédito LA EPIFANÍA DE UNA FLOR

1
Han de tardarse en llegar los amigos
con su soledad de rostros humedecidos
de tanto invierno y queriendo morir
en los últimos rincones del alma.

Cuánto han de tardarse los amigos
en llegar y si no me encuentran
se irán con la tristeza de los ojos
o con sólo su soledad
y mis labios humedecidos.

Que no sea tarde cuando regresen
que encuentren intacto mi dolor
y que saquen la cuenta de estar atados
por tanto tiempo.

Que no sea tarde cuando me encuentren
saboteando mi soledad
con ese dolor que me duele hasta en el alma

5
No se puede hacer la diferencia entre la luz
y el juramento escondido en el manantial
rojo de los atardeceres
desde este rincón de la luna que se extingue azul amarilla

los atardeceres se visten de luz brillante
cuando los caminos se unen
y los amantes recogen sus manos
en oración contrita

el manantial ha recogido sus aguas
desde la última forma de los besos
que le alumbran el alma
y que le escriben versos en roca viva

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