sábado, 25 de septiembre de 2010

Poemas de Mario Morquencho en CIUDADELIRIO (Sol Negro Editores, 2010). Y Otros poemas

De CIUDADELIRIO (2010)

La ciudad
La celda con escaleras negras
clavadas bajo el cielo gris.
Yo aún voy por la primera escala
por el peldaño oscuro que multiplica
escalón por escalón.
Llegar al último piso es sorprender al abismo
con la boca abierta:
…………………………¡Hambrienta!
Enmudecer viendo la puerta cerrada
que no da tregua
da ganas de dejar volar palabras-murciélago
de mi lengua.
Y lidiar con el humo
con la ciudad
con el cielo preñado de sótanos
donde jugamos
a vivir

Altas columnas
Altas columnas.

Cerros de incertidumbre.
Humo:
Predador de colores.

Sublimación de cuervos en el aire
toxina homicida pudriéndole el corazón a la esperanza.
Paisaje atroz a grises
decadencia en carne viva sobre piel muerta,
carroñero pensamiento en la altas columnas, altísimas
-¿Allá hay flores?-
No. Sólo hay barrotes.
No me preguntes cuántos

¡Sólo barrotes!
Innumerables:

donde yacen clavadas las manos de los ojos
de todos los hombres.

Herirnos
Herirnos como un cometa que flagela al cielo,
como nos gusta, como debe de ser,
de mañana, tarde, noche,
a cada rato y sin parar,
sin importar dónde ni cómo,
herirnos profundo.
Crearnos abismos unos a otros,
abismos que acepten
nuestros cantos, nuestros gritos,
abismos que engendren todos los ecos
de la vida, de la muerte.
Herirnos de insaciable, de delirios,
de océanos inquietos,
de niebla voraz sobre la costa
……………….y que no baste
Sangrar desde la ranura de la puerta
hasta el despegue de nuestros ojos,
sangrar y que todo salpique,
sangrar todos por todo lado,
tú del mío, yo del tuyo,
él del lado del otro que la mira a ella
…………………porque sangra de él.
…………………SIN RESPIRAR
Herirnos
bajando
escalones
a cada rato,
C
A
Y
E
N
D
O
en un tumulto
de gente que se pregunta
lo mismo que tú, mientras la herida
sigue creciendo, mutando, mutando mundano,
pústula, gangrena, amputación, muletas, silla de ruedas,
rastro de un arrastrado en el paraíso que dibujan los niños cerca
del precipicio donde pululan canciones del río
que nadie escucha por falta de tiempo, arte,
o quién sabe qué, o por qué la tinta se
acaba o la inspiración o la locura,
pero la sangre
la sangre
nun
ca

Otros poemas de Morquencho

Árbol
¡Cómo te extraña el gato de tres patas!
encaramarse ahora hacia el cielo le es imposible
desde el columpio vislumbro la tristeza
lamiéndose la cuarta pata fantasma
cuando los sonidos de la madrugada
sobre el techo sincronizan con los de la cocina
que mi madre habita
la fresca sombra se ha marchitado
junto a las escapadas a medianoche de mis sueños
el verano es más perverso
y cómo extraña el plácido ocaso recorrer con sus dedos
tus radiantes marrones impares

cómo te extraña la suave agonía del día
sobre la fila de hormigas negras
cómo extrañan ver por la ventana
los óleos de la primavera en tus curvaturas
en la madera palpitante
en los pies que nunca se cansaron de sostener la vida
en la lluvia que con la boca abierta recibiste
agradeciendo con las extremidades verdes extendidas

¡Todos te extrañan tanto!
también el otoño que se puso a deshojar
espurios lirios que ornamentan la sala
supuse que siempre quisiste comunicarte
enviándoles hojitas amarillas
como cartas con faroles encendidos
que viajaron y se perdieron en la incertidumbre
de los analfabetos verdes artificiales

ese deseo te llevó
a desquebrajar la acera y la pared
el ansia desde el subsuelo con el ejército de bichos
hasta la corona de aves y ruiseñor voz
valieron la pena de muerte
VALEROSO
épico desde la raíz de los gusanos
hasta la savia incontrolable derramada en el jardín

y tu cuerpo que ya no es árbol
lo extrañan tanto las llamaradas de una
……………………………casa pobre
los habitantes de esa casa pobre
……………………………sentados
……………frotándose las manos
mirando ese hirsuto témpano de
……………………………ser

Debió ser en la penumbra
Debió ser en la penumbra
acostado sobre piedras gordas
un sueño dentro de otro sueño
es apenas la luna o hábitos de droga
surgiendo como luz de mujerzuela
al abrir de par a par su puerta

debió ser el baile de mujeres inciertas
que miraban al cielo mientras su piel muerta
fornicaba con las migas del suelo

debió ser donde se extraviaron los caminos y las horas
que resguardaban celosamente las maletas
debió ser la penumbra de un perro
que de tanta sed no orina
la basura que deambula en madrugada de crochet locura

debió ser que fornicábamos con las paredes
los árboles y el viento
soñando dentro de otro sueño
deben ser así los ojos de la gata
sobre el gato desgarrado

debió ser el delirio de una bruja en llamas
la sección en que hemos muerto y los demás lloraban
el despertar de sueños fantasmas
muchas veces sin sentido:
……anoche fui una roca lanzada al mar
……con dos deslices en forzoso aterrizaje
……al fondo era un coral
……un cáncer esparcido como sangre arrocada
……destinado a ser un sórdido desastre

¡marchita noche que nos acoge!
se manifiesta incandescente
como rasguño azul de una frase
que citan los muertos desde sus escaleras rotas

solo en la penumbra y sueños
cuántas veces puedes saberte en sueños
sin sentirte un camaleón que va de gris a rojo
……azul arco iris nube lluvia
……crepúsculo día nublado verano
……medianoche nieve piedra óxido
……fábrica supermercado ciudad burdel
……canción de cuna árbol sonaja
……otoño nube blanca ave
……abismo chinche luna en celo
……loco poeta sueños
……nada más que sueños
con cigarrillos que humean desde el cenicero
en hastío y en penumbra
de almohadas pobladas de gente que espera
nunca despertarse en una TV encendida
………………….cuando todos duermen

Restos
¡No es posible de que me haya quedado sin ellas!
si andan como el aire
en todas partes
¡Es imposible de que no diga nada!
si mi boca comulga de ellas a cada instante
es una bajeza ir por el mundo
teniendo nudos en la garganta
tragando caos tras caos
dejando a la belleza vestida de esqueleto
bajo el enorme monolito de silencio
junto a los gusanos que un día hemos de montar
con toda el ansia de vivir y estar muertos
es imposible dejar amarrada nuestra lengua
…………………………a un palote de muelle
existiendo a flote en un inmenso mar de contradicciones
es imposible no navegar no naufragar
ahogarse es posible
ahogarse y dejar de ser anfibio
treparse de la orilla
de alguna orilla erguirse
y caminar y caminar hasta encorvarse
porque es imposible impedir ser un cadáver
porque es más posible que florezca de aquello
un inmenso jardín de arte
¡Es imposible haberme quedado sin ellas!
y si un día me cortan la lengua me resta el seso
mi mano lapicero
mi mano lápiz
mi dedo pluma
mi dedo carbón
mi dedo humano
mi dedo hueso
mi dedo nube

Inventario
Fue el primero. No el dueño de casa, soledoso, que tomaba ralo café en medio de la oquedad de la sala, sino el invitado que estuvo muerto. El primero que trajo tierra, también muerta. Flor, también muerta.
……………………………Madera, también muerta
.………………………El bosque. Las aves. El cielo.
El carpintero en el subsuelo calzándose el propio ataúd.

Fue él quien convenció al segundo. Quien vino escoltado de insectos que arrastraban consonantes y vocales. Quien cargaba en los bolsillos cigarrillos sueltos, sangre de ron y la estridente voz del barrio que convenció al tercero:
Interlocutor de las sombras. Traductor de animales degollados, chirriantes como campanas dentro de una cámara de gas.

La misma tecla irritante trajo un corderillo desatado de la niebla:
- ¡Tiniebla! ¡Tiniebla!-
Cantaba el corderillo sobre la lengua del sol que incitó al cuarto, quien se rasca la muleta. Vive lleno de amuletos en el cuello y plumas de gallinazo que canta como jilguero muerto en el medroso huerto donde la muchacha está húmeda de ajenjo.

Y continúa el inventario como una máquina para imprimir poemas.
Nomenclaturas de azufre. Fotografías de poetas muertos. Palabras de color y sabor a hueso. ¡Toda un África! Una hostigación de hormigas y gusanos que raptan uña, pelo y pellejo. Los intestinos. Las entrañas son un concurrido bar de artrópodos y todo el tiempo es rebanado minuciosamente con un bisturí larcoherrera

De la armadura del corazón goteaban ángeles y serafines sobre la tierra del país en duelo donde las escaleras son un invento de la más sofisticada ciencia. Y poco a poco el corazón (que siempre es el corazón de un caballo a mil galopes) a pesar de la tierra-flor-madera muerta, irá derramando tinta y ron o irá negreando la noche en un ralo café cuando el insomnio sea relativamente igual a Dios.


MARIO MORQUENCHO LEÓN. Los Órganos – Piura, 1982. Empezó a escribir sin darse cuenta durante una época depresiva de su vida. Radica en Lima desde el año 2006. Formó parte del desaparecido colectivo Heridita y actualmente integra el Grupo Literario Signos y el Colectivo Jaula Ceniza. Ha participado en distintas ferias y recitales de poesía. Tiene publicado Ciudadelirio (Sol Negro Editores, 2010).
Administra el blog:
http://sesotrilcico.blogspot.com

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