miércoles, 1 de septiembre de 2010

¿Todos los Fuegos, el Fuego? A propósito del poema inédito de Cromwell Castillo. Por César Boyd Brenis

Agradezco las palabras de César Boyd en esta nota y la generosidad de haberla publicado en el blog del Grupo Literario Signos. La recibí hoy día vía correo electrónico, es un placer compartirla con ustedes. Un abrazo de amistad a los Signos. Y que viva la Poesía, junto a la esperanzadora noticia del CESE DE COMBATE EN IRAK. Al fin se declaró formalmente nulo todo intento de invasión y guerra. Ojalá un NUEVO AMANECER siga forjando la fraternidad en todos los pueblos del mundo. Es una necesidad urgente. Salud y vida para nuestros hermanos del mundo!!!
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Aristóteles, cuando analizaba la polis, decía que los individuos que la habitaban no sólo buscaban algo en común, sino también “vivir bien”. La polis aristotélica devino en lo que conocemos como ciudad, y su habitante se hizo urbícola.

En este espacio desbordante, el “vivir bien” ya no parece una necesidad sino por el contrario un sueño imposible, y el urbícola se acercó a quererse separar cada vez más del interés común, del mismo Fuego que lo lleva a ser uno solo con sus semejantes. Esto último, al entender del filósofo griego, era la Felicidad.

En el poema Fuego de mi amigo Cromwell, la ciudad es un embuste y, a su vez, la única fuente de conocimiento. Tres segmentos quizá lo prueben:

Fuera de la ciudad
tu ojo no puede devorar el Fuego de las revelaciones
”.

Las calles son una revolución discreta y profunda”.

Ama la ciudad,
ámala guardián en su abundancia
y busca lo imposible: Florece en el cemento
”.

En la ciudad, los individuos separados, aquellos que no serán jamás un solo Fuego, se insertan en una serie de perturbaciones. La ciudad los ha traicionado. Nunca esperaron el fraude de la convivencia. Tal vez así lo percibe Cromwell contradiciendo un verso de mi poema “Desintegración de la huida”, y agregando otros más:

El fuego NO es el signo de morir con importancia”. (El “NO” con mayúscula es mío, para referirme al agregado de Cromwell a mi verso).

La ventaja de emigrar al Fuego
es no prescindir del ruido de sí mismo
”.

Por eso
coge tu abismo y calla tu Fuego
”.

El Fuego de Cromwell es el Individuo, el Rezagado. El Fuego es la negación de una polis armónica, de una ciudad común, de una misma corriente.

Dicho esto último, y para alejarme del contexto, quizá fue esa la fuerza que lo llevó a separarse de SIGNOS, en el cual tal vez dejó un sueño de Felicidad o una decepción intensa.

SIGNOS lo entiende, pues, Cromwell, el grupo siempre será tu casa. Y la poesía del mundo es ese Fuego soñado, y para decirlo en jerga: ese HIPERTEXTO que la humanidad construye como un solo Individuo.

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